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El PCE-EPK ante el 25 aniversario de la muerte de nuestra camarada Dolores Ibarruri "Pasionaria"
Secretaríade la mujer
11 de Noviembre de 2014
Dolores Ibárruri, Dolores, Pasionaria, nuestra Dolores… Porque Dolores es nuestro patrimonio histórico como comunistas. Orgullosas de ser comunistas y de poder mirarnos en sus ojos como espejos para buscar en ellos toda su trayectoria de mujer comunista, combativa, luchadora infatigable, madre, inteligente, trabajadora, comunicadora, apegada a la tierra, a la clase obrera.
Nos dejó hace hoy 25 años para vivir para siempre. Su nombre no se borrará de la historia con mayúsculas, por ser precursora en las luchas por la transformación de la sociedad y por ser punta de lanza en el combate contra el fascismo.
Porque Dolores fue tantas veces la primera en todo que en cualquiera de las facetas de su vida que repasemos y recordemos habrá un hito de ejemplo.
Luchadora contra los desahucios cuando era diputada en 1936, presidenta de la Organización de Mujeres Antifascistas, reivindicadora de la igualdad de mujeres y hombres no sólo en el discurso sino en la práctica, firme en la protección de la infancia durante la represión de la revolución de 1934, encerrada con mineros en los pozos apoyando su lucha… Ahora que lo moderno nos hace creer que las luchas las han inventado algunos hace unos días, meses o semanas, si buceamos en su biografía encontraremos que todo estaba ya inventado, que la indignación de ahora es sólo un débil calco de la fuerza ideológica y la convicción por la transformación de la sociedad, la justicia social y el triunfo de la clase obrera.
Dolores, Pasionaria, de quien Alberti extrajera con versos escuetos pero certeros toda su savia y su energía.
¿Quién no la mira? Es de la entraña del pueblo cántabro y minera. Tan hermosa como si uniera tierra y cielo de toda España.
¿Quién no la escucha? De los llanos sube su voz hasta las cumbres, y son los hombres más hermanos y más altas las muchedumbres.
¿Quién no la sigue? Nunca al viento dio una bandera más pasión ni ardió más grande un corazón al par de un mismo pensamiento.
¿Quién no la quiere? No es la hermana, la novia ni la compañera. Es algo más: la clase obrera, madre del sol de la mañana.
DOLORES VIVE



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